Con el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y los altos índices de sobrepeso y obesidad, expertos advierten sobre el papel del glutamato monosódico (GMS), un aditivo que activa mecanismos neuronales de recompensa similares a los de ciertas drogas. Se trata de un concentrado que se extrae de plantas como el betabel o la caña de azúcar, y cuya función en la industria es hacer que la lengua resulte más receptiva a los , a pesar de que por sí solo tiene un sabor desagradable (Revista del Consumidor, s.f.). Nombres y consumo del glutamato Un estudio de la Universidad Oberta de Catalunya denominado “Enganchados al glutamato”, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), señala que éste se esconde bajo 50 nombres diferentes, entre los que destacan: E-621, MSG, extracto de levadura, proteína hidrolizada, ácido glutámico y caseinato de sodio o de calcio, y afirma que su consumo promedio es de entre 5 y 12 gramos diarios. (Universidad Oberta de Catalunya, 2017) Asimismo, refiere que esta sustancia activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro que constituyen lo que llamamos sistema nervioso del refuerzo, que provoca, entre otras cosas, que la conducta se vuelva a repetir. Y según expertos, los individuos que consumen alimentos con glutamato tienen más tendencia a comer productos que lo contienen, generando voracidad en el individuo. Presencia en alimentos y expansión en la industria Se utiliza en restaurantes y lugares de comida rápida, en muchos alimentos procesados y envasados, perros calientes, carnes de almuerzo, así como en aderezos para ensaladas, mayonesa, kétchup y salsa barbecue, pizzas congeladas y fideos instantáneos; para preparar salsas, quesos y lácteos, así como productos cárnicos y horneados, lo que ha impulsado su expansión, asegura un artículo publicado en Harvard Health Publishing. (Harvard Medical School. n.d.) En los últimos