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El virus respiratorio sincitial (VRS) es un virus que causa infecciones en las vías respiratorias, especialmente en bebés, niños pequeños y adultos mayores. Es muy común y casi todos los niños se infectan con él antes de cumplir dos años. Aunque muchas veces la infección por VRS provoca síntomas leves, como un resfriado, puede volverse grave, especialmente para los más vulnerables, como los recién nacidos, los bebés prematuros y personas con problemas de salud existentes.

Transmisión del virus respiratorio sincitial

El VRS se transmite principalmente a través de las gotitas que se expulsan al toser o estornudar. También puede propagarse al tocar superficies contaminadas, como juguetes o manijas de puertas, y luego tocarse la cara. Las personas infectadas suelen ser contagiosas entre 3 y 8 días, pero algunos bebés y personas con sistemas inmunitarios débiles pueden seguir transmitiendo el virus incluso semanas después de que desaparecen los síntomas.

Síntomas del virus respiratorio sincitial

Los síntomas del VRS incluyen goteo nasal, tos, fiebre y dificultad para respirar. En los bebés muy pequeños, los síntomas pueden ser menos evidentes y presentarse como irritabilidad o falta de actividad. Si no se trata, el VRS puede causar enfermedades más serias, como bronquiolitis (inflamación de las vías respiratorias pequeñas) y neumonía (infección en los pulmones), lo que puede requerir hospitalización.

Prevención del virus respiratorio sincitial

La prevención es clave para controlar la propagación del VRS. Se recomienda lavarse las manos frecuentemente, evitar el contacto cercano con personas enfermas y asegurarse de que los espacios estén bien ventilados. Para los bebés en alto riesgo, existen tratamientos preventivos, que ayuda a protegerlos contra el VRS.

Referencias